una pequeña pero peligrosa llama de un encendedor se enciende mientras que en algún otro lugar un incendio se apaga luego de haber arrasado con un bosque entero y nadie jamás se dará cuenta.
porque el mundo es inmenso y el universo infinito.
¿en semejante inmensidad nadie notará la diferencia de mi ausencia o de tu presencia?
plena madrugada, las únicas almas en la calle eran las nuestras y el único sonido audible era mi agitada respiración. tu estabas justo al lado de un farol, la luz del mismo formaba un halo de luz en el suelo al que parecías temerle porque ni tus botas lo rozaban. todo en ti tenía un aspecto misterioso, imperceptible si no hubiese sido por tus ojos, unos ojos que conocía tan bien pero que, preso por la desesperación, olvidé. y aún así fui tan iluso como para acercarme, escucharte, creerte y caer.
toda la vida escuchando los regaños de madre "no hables ni te acerques a extraños, ten cuidado" y aún así no hice más que acudir a ti. un extraño que conocía tan bien.
admito que primero me asusté, el hecho de estar escapando y que de la nada te haya vislumbrado en la oscuridad no fue agradable, además escondido como estabas, cabizbajo no generaba confianza, así que iba a irme. lo pensé, realmente lo hice, a pesar de que lentamente te acercaste y me dijiste que no tema, que no huya, que no pasaba nada malo y que confiara en ti, estaba decidido a volver a casa pero no pude y jamás podré hacerlo otra vez. y todo porque me miraste
con esos ojos, negros como el carbón, que me atraparon, me ataron y me obligaron a perderme en ese agujero infinito del que claramente no hay salida, pero no lo vi. estaba tan hipnotizado que no me di cuenta de nada. no me di cuenta de quién eras ni de lo que escondías detrás de tu espalda.
mientras con tu voz, como una dulce melodía, continuabas diciendo lo que necesitaba oír y con tus ojos me encadenabas, me perdí. me permití respirar después de haber corrido por tanto tiempo, creí que todo había valido la pena, la desesperación, el dolor, todo el plan...al fin podría volver ver a mi familia a mis amigos, volver a mi vida normal pero tú tenías otros planes.
eso era todo lo que estaba pensando justo en el momento en el que sentí como algo se incrustaba en mi, más específicamente, la navaja que escondías detrás tuyo.
todo se detuvo y los ruidos cesaron mientras una lágrima caía por mi pómulo izquierdo al darme cuenta de todo.
te miré por primera vez en la noche y supe que no tenía posibilidades, que nadie iba a salvarme, que iba a morir. justo cuando empezaba a vivir volviste y me rompiste. me destruiste lentamente, sin piedad, a pesar de todo.
colocaste tu mano detrás de mi cabeza, como solías hacer cuando niños, sosteniéndola para que pudiera verte a los ojos mientras la vida se escapaba por mis labios. toda una vida reducida a tres suspiros de distancia del abandono, del fin.
fue en ese momento, en ese mismo instante en el que , lentamente, por primera vez en toda tu vida, sonreíste. creí que ese momento nunca llegaría porque eso fue por lo lo cual había luché para conseguir siempre y nunca pude. apesar de todos los juguetes, todas las bromas, todas las cosquillas y caras humillantes que hacía para hacerte sonreír pero no y pensé que no tenía sentido. que a pesar de haber compartido la vida juntos, a pesar de haberte cubrido siempre de mamá, a pesar de haber presenciado y ocultado todas las cosas que hiciste y a quienes...a pesar de haberme dado cuenta desde el primer momento haya decidido mentir y mentirme de tal manera. porque estamos conectados y siempre lo supe. no quería aceptarlo pero ya no importaba cuanto lo pensara. cuántas veces pensara y te viera, nunca tendrá sentido que siendo el monstruo que eres tengas ese rostro tan angelical, tan atrapante y mágico con el que montaste toda una obra maestra, nos usaste para tu gran jugada. ahora todo tiene sentido. la respuesta siempre estuvo delante de mis ojos y no fue cuando me desconecté de la realidad, del mundo, de la vida que me di cuenta cuál era la respuesta,
a solución a la gran incógnita es que tu rostro tan oscuro
tan bestial.
idéntico al mío.
jamás tendrá solución.
y la única forma era ésta.
acabar con tu igual.
liberarte al evaporarme.
así que te sonreí de vuelta, como un reflejo y me fui.
escapé con el viento, como ceniza, como si jamás hubiese existido.
desaparecí.
y te deje solo
como siempre.
game over
perdiste.